Árboles













“Me da igual que los demás árboles piensen que somos unos cobardes, yo vivo de maravilla bajo la tutela humana”

Tras cinco años de vida, Euonymus Fortunei, más conocida como “acebo”, ha concedido la primera entrevista para contarnos cómo se siente tras recibir unas durísimas críticas de sus compañeros que viven en el campo. Además, nos cuenta sin tapujos cuáles son sus planes de futuro y sus quehaceres diarios.




¿Qué se siente al ser el punto de mira de las críticas de los de su especie?
Pues la verdad es que lo he llevado con una tranquilidad asombrosa. Ni siquiera se me han caído las hojas porque no he llegado a estresarme. Soy una planta muy tranquila y no me altero por tonterías y menos si no son ciertas.

Entonces, ¿no cree que las plantas que viven en las casas sois unas cobardes?
Para nada. La vida está llena de injusticias y algunas veces te afectan y otra no. Yo he tenido la gran suerte de que me tocase vivir en el jardín de un adosado en el campo. Otros han tenido la mala suerte de nacer en bosques que han sido talados o que han sido quemados. Es ley de vida y siempre ha sido así.

Pero sí que es verdad que son un poco miedosas...
Evidentemente no estoy preparada para intentar evitar servir de alimento para los ciervos pero sí que he conseguido, por ejemplo, que la perra de mis dueños deje de orinar en mis hojas. Es todo un logro para mí porque hubo un momento que temí que me iba a morir por ese ácido diabólico. Por ello, aunque la gente piense que somos unas cobardes porque nos dan todo hecho, no es así porque también tenemos nuestros problemas.

Cambiando de tema, ¿en qué consiste un día normal para usted?
Me levanto temprano, con los primeros rayos de sol. Soy de buen dormir por lo que me despierto con mucha energía. Lo primero que hago es una inspección a fondo de todas mis partes para saber que siguen ahí porque ya sabes que siempre hay algún listillo que te quita hojas y te arranca las ramas...Tras percatarme de que no hay ningún problema, empiezo mis ejercicios diarios. Empiezo por las raíces. Intento estirarlas y producir sabia nueva para que puedan coger más agua de la tierra y seguir creciendo. No es por presumir pero dicen que tengo las mejores raíces de mi región... (risas). Lo segundo que hago es estimular mis ramas y ver cómo se encuentran. Si ha sido una noche mala, no les hago trabajar mucho pero si ha sido buena, hago estiramientos cada hora y hago resistencia contra el viento para coger fuerza de ramas. Por último, si tengo hambre, necesito compañía o un poco de ayuda psicológica, sacrifico alguna hoja que ya esté un poco vieja o no tenga atractivo y así mis dueños vienen a cuidarme al alarmarse de la caída de las mismas. Es un truco que me lo enseñaron de pequeña mis compañeros de jardín y que me resulta de mucha utilidad.

Más de uno pensará que se aburre mucho...
¡Qué va! Estoy todo el día ocupada. Además, como vivo cerca de Pamplona suele llover mucho y jugamos a retener las gotas de agua en las hojas las plantas y árboles del jardín. Yo soy muy buena en este juego pero no tengo nada que hacer contra los nenúfares que hay en el lago, son unos verdaderos expertos.

¿Cuáles son sus proyectos de futuro?
Seguir creciendo. Le debo mucho a esta familia y quiero recompensarles creciendo mucho. Eso sí, no lo suficiente como para que me poden. Por eso, les tengo un poco confundidos y en primavera sigo sin sacar mucha flor para que me sigan cuidando y no me dejen apartada. Son buena gente y se merecen una planta fuerte y grande.

2 comentarios:

Juan Canada dijo...

Excelente trabajo:

Revisa el texto, creo que queda muy apelmazado.

Adelante!

Adriana dijo...

aún me estoy riendo pese a verlo leído y releído!!!
Muy bueno; buenísimo!!!
sigue escribiendo.